The end

Bueno señoras y señores, esta es la última parada. Ha sido un placer tenerlos con nosotros, pero hasta acá llegamos este año. Quisiera aprovechar la ocasión para agradecerle a Buda, a Buda, a sus 14 hijos, y a sus nietos: el décimo jugador, nuestra barra siempre presente. Un saludo grande para Villa, los arbitros (en especial la morsa), Victor, Joao Susnik, y todos los otros equipos inscriptos. Todo un busto. Nos volveremos a ver el año que viene.

Que decir de este equipo mágico... no arrancamos muy bien, pero terminamos mucho mejor. La verdad es que fue un placer, no sólo por el fútbol, sino por todos ustedes (ay, se me pianta un lagrimón). Realmente no tengo mucho para decir, pero me estan hinchando las bolas para que haga un cierre, así que aqui va...

Quedense tranquilos, vamos a mantener vivo el blog, los flog, el chot y por supuesto el equipo. Pero faltan unos meses para abril, así que a esperar. Cualquier comentario sobre la precisión del relato es bienvenido.

Que lo disfruten, vivan el viaje.
Nos vemos en el próximo bondi.



Sábado 20 de agosto de 2005

Hijos de Buda vs. Nutria Deforme

Bueno muchachos, ahí estábamos, certamen decisivo. Habíamos hecho bastante en los playoffs, en comparación con la primera vuelta, pero esto ya no era ninguna joda. Un partido incierto, que, en caso de ganarlo, nos enfrentaba contra dos equipos jodidos. Pero bueno, ya estabamos jugados, había que jugar y pelearla, o pelarla, lo que venga primero.
Después de una semana pletórica de sol y días peronistas, el sábado amaneció como anunciando una futura caída de porongas de punta (que fue de hecho lo que pasó en los siguientes 4 días). Al llegar nos encontramos con una piedra (de las duras, eh?) en nuestro zapato: Otto se había lesionado la mano como un boludo. Luego cayó Simón, aún no recuperado de su desgarro, y, para completarla, a Marce le había salido una bosta alien en el codo que tenía pinta de que en cualquier momento se desprendía al grito de "cereeeebros." Pero bueno, no importaba, salíamos igual, carajo. Se presentó el plantel íntegroy también cayeron muchas porristas, venciendo el rosquete que te volaba los pendejos, porque ellas tienen aguante. También estaba Maxi, nuestro inefable DT.

Arrancó el partido y la Nutria nos tiró contra nuestro arco, de movida. Supimos aguantar bastante bien, y, en la primera salida, Marce le engancha de rebote, le da de lleno y la manda a guardar. 1 a 0, saliendo a matar de toque. Simón se desgarró un poco, pero siguió jugando, aunque con las consecuencias a la vista. Después llegamos un poco más y el partido se nivelo un poco, quedando parejo y con el mismo resultado al finalizar el primer tiempo. Después de la refrescada, el partido siguió su intrascendente devenir, mientras muchos caminaban por la mitad de la cancha, pastando, ellos llegaban cada vez más, hasta que por un error boludo nos empataron. Fin del partido, y a la guillotina de los penales, cual Boca en la Libertadores. Primer penal nuestro: Gusa, cruzado y a guardar. Patean ellos, creo que al medio, Otto firme junto al pueblo budense. Luego Marce la clava, como corresponde a un jugador de raza (fox-terrier). El último penal fue digno de el final de supercampeones. Un tiro medio mordido, abajo, del centro a la derecha. Otto, estóico cómo Jesús en la última resaca, sencillamente se dejo caer sobre el balón, liquidando el certamen. Locura budense, al cantito de "AUNQUE GANES O PIERDAS, NO ME IMPORTA UNA MIERDA, YO SOY HIJO DE BUDA Y LA TENGO PELUDA" que a más de uno dejó afónico.

Entre tanto, no muy lejos de allí, otro partido tenía lugar entre las fuerzas del mal. Después de un empate peleado, sobre el final del segundo tiempo, La Maquina do Fuchibol perdía 3 a 1 y pasaba a integrar las listas del olvido de la mano de Repech Mode, que se erigía como nuestro inminente rival. Un sentimiento de alegría y decepción nos recorrió a todos, pero ya no quedaba tiempo para pensar en eso. Nos acomodamos un poco y nos dispusimos a darle pelea a...

Hijos de Buda vs. Repech Mode

La cancha 3 del campo tiene ese no se que... será el paralelismo a la reserva ecólogica, o el hecho de ser un trapezoide en lugar de un rectángulo... lo cierto es que la energía fluye de otra manera allí, y el fútbol parece distinto. No es que la pelota no doble, ni mucho menos, pero en mi caso particular me cuesta creer que un lugar donde yo pueda hacer la magia que supe hacer alguna vez, sea normal. De todas formas, esa magia no estuvo presente en ese encuentro.

Con el pitazo inicial salimos a jugar bien, con la formación que nos sirve, y tocando bastante, pero sin mucha precisión. Ellos eran como los extraterrestres de Space Jam: largos como la Panamericana, anchos como Karadagian, y digamos que no eran muy delicados a la hora de trabar. De hecho, al lado de ellos, los centrales de Dock Sud parecían bailarinas rusas. A Faco le pegaron un pelotazo en la jeta, y después la tocó con la mano: el árbitro paró el partido pensando que soy más maricón de lo que el suponía, asumiendo que me había lastimado; no fue así, y todo siguió. Después tratamos de poblar un poco más el medio, entrando Richard y funcionó bastante bien, porque a los 11 minutos un centro cruzado encuentra la cabeza de nuestro Maceratesi propio, Ilguzza, quien parte la red en pedacitos. La hinchada se estremece. Entre tanto, Simón, recuperado del desgarro, ingresa y sale en breve lapso, porque le volvió a pegar mal. La morsa pita, y a las duchas, o a las canillas.
El segundo tiempo fue muy pobre futbolísticamente. Reincidimos en nuestro amigo el pelotazo, que caía siempre en el pecho de su central. Las pocas veces que intentabamos jugar como corresponde, Repech salió a hachar sin asco. Digamos que se les olvidó la cortesía y nos dieron bastante duro, con mala onda. Pero no sólo eran grandotes y sucios, sino también habilidosos, y en una distracción, su delantero, simpático y delicado como Hulk, se escapa por atrás de los defensores y la emboca de cabeza. Ahí el partido degeneró totalmente... fue cualquier cosa, que nisiquiera quiero recordar. Tratamos de aferrarnos a la ilusión de los penales, pero un delantero solo nos mató la esperanza. Triste y solitario pitazo final de la morsa, fin del partido, y fin del torneo para los Hijos de Buda. Bajón.

El Balance... yo que se, haganlon ustedes.

Espero que hayan disfrutado, nos vemos la próxima.

Foco.