viernes, septiembre 22, 2006

Las hazañas de Buda meditando bajo el árbol de Bodi.

“Y onda que Buda, que había sido el príncipe más gato de toda la Indias, vio el sufrimiento y el ascetismo y se volvió así re anoréxico, hasta que se fue a pegar un duchazo al Ganghes y casi se ahoga de lo zarpado de paco que estaba. Por suerte se agarró de una rama de floripondio y vino la Madre Teresa de Calcuta, que estaba planchando camisas en la orilla, y lo re rescató. Entonces Buda se fue a un tenedor libre para recuperarse, y después se sentó un par de años a buscar el Camino Medio, o algo así, hasta que se cagó iluminando y se puso un parripollo.”

Falduto, Facundo, “La vida del jipi pelado y gordo ese”, basado en un vago recuerdo de Buda para principiantes, ed. Tu Vieja, Buenos Aires, 2006.

Después del estado calamitoso de Buda en repechaje, que se salvó de la descalificación contra Defensores de Chirifló, por obra y gracia del gran Maxi y 6 gatos más, estamos sentados bajo el árbol loco ese y meditando. Los siguientes son los dos capítulos de la historia de Buda, según a mí se me canta, porque acá parece que nadie tiene teclado y el que tiene que hacer las crónicas soy yo.

Capitulo XI: Buda y Sergio Dennis.

Después de la cagada a pedos masiva por los 5 ausentes del partido anterior, el plantel todo se hizo presente en el campo, un domingo a las 8 de la matina. Menos mal que ya habíamos salido el viernes y tuvimos el sábado entero para fisurar en paz, gracias a Papo y su cumpleaños. Enfrente nuestro, el equipo inspirado en el rubio y petiso cantante disfrazado de chapulín colorado: Sergio Dennis.

Haciéndole honor a su nombre, el equipo rival no paraba una pelota ni que le mataran a la madre. Jugaban mal, horriblemente, al pelotazo, y no les salía. Como siempre, la defensa estática de Lucho y Maxi, impecable, con alternancias entre Leo y Lomba, impedía cualquier intento barato de ganarnos la espalda, por lo cual el señor Barabás no se tuvo que preocupar en lo más mínimo en la mayor parte del partido.

Gusa, Simón, Marce, Richard, y hasta Lomba, Leo y Lucho, alternadamente, intentaron por todos los medios posibles, habidos y por haber, meter un más que merecidísimo gol. Bueno, unos 20 más que merecidísimos goles. Pero lo que no tenían de jugadores les sobraba de arquero y mala leche: pelota tras pelota se turnaban para salir afuera o terminar en manos del golero. Y no hubo forma. Papo alternó por Simón, luego Faco alternó por Papo, y hasta Beto cambió con Lomba brevemente, pero la caprichosa estaba emperrada en no ingresar, y el arquero parecía de una propaganda de Nike.

Pasó el primer tiempo y la mayor parte del segundo. Había calma en abundancia en nuestra mitad del campo, al punto de que el plástico de los guantes de Fede ni se mancharon. Pero la pelota no entraba por mucho que intentáramos y que ellos no pudieran salir. Empezó a pandir el cúnico del otro lado de la línea de cal, porque de seguir así, y con ese arquero delante, los penales nos iban a dejar de patitas en la calle, con la ominosa risa de Villafranca sobre nuestras budenses cabezas, cual espada de Damocles, sólo que más mafiosa.

A la enésima pelota imposible que el arquero logró tapar, finalmente Buda iluminó el camino. Sobre los 18 minutos del segundo tiempo, Marce peló uno de sus centros letales a la olla, desde la banda. Al grito de Faco de “¡Andá que es tuya, Lucho!”, el soldado Luciano Paz se metió al punto del penal cual Panzer que atraviesa la pared de un cuartel. Cabezazo de parietal derecho, cruzado al primer palo. Gol. Golazo. De Buda, de Luciano. 1 a 0 sobre Sergio Dennis después de 38 minutos de parir rinocerontes y errar goles. El “¡GRANDE LUCHO!” se escuchó hasta Escobar. La platea enloqueció, no lo podía creer ni el tío de Faco, que oficiaba de cábala de turno.

Después, todos atrás y a aguantar por dos largos y agónicos minutos el final del partido. Dantescas escenas de violencia y pelotazos a la reserva ecológica fueron del más profundo agrado del gordillo de bronce. Pitazo final, locura, alegría, peronismo, todos arriba de Lucho por tamaña hazaña para tamaño jugador, que además de mariscal del área, nos había regalado una victoria. Buda seguía en su loca carrera del repechaje, mientras Luciano procedió a hacer la fotosíntesis de protocolo, hasta que nos dimos cuenta de que nuestro próximo obstáculo frente a la eliminación no era ni más ni menos que el mismísimo Jamaica.

Capítulo XII: Buda en Babilonia contra Jamaica.

Con una manzana caída del árbol del coso, y Sergio Dennis fuera del camino, en busca de Sión vino el legendario Jamaica. Buda temió, porque aún no está completamente iluminado. Lomba también temió, y encima entró a mariconear una semana antes, por lo cual fue severamente reprendido por cagón. Pero razones no le faltaban: Jamaica es un equipo con historia y buenos delanteros, nosotros somos un equipo… todos queremos a Hijos de Buda.

Lo cierto es que los doce caballeros del sobaco se hicieron nuevamente presentes en la cancha 3, en esta ocasión a las 13. De barrabrava oficiaba Leticia, que se acordó de sus funciones un poco tarde. De tío cábala, Roberto Llorente, que era doble agente, puesto que es a la vez padre de Leandro y tío de Marcelo.

Jamaica, por razones que tal vez eludan siempre nuestra percepción, no estuvo a la altura de su nombre. No supo ni quiso jugar con la pelota en el medio, y se dedicó a tratar de ganarnos la espalda a los pelotazos como los del cantante rubio. Por suerte, y por las aptitudes (y la testosterónica voluntad de Maxi de quedarse con otra pierna de souvenir), poco lograron en el primer tiempo. Hijos de Buda, con calma, y control del balón en el mediocampo, milagro que no se lograba tiempo ha, presionaba y presionaba, yendo el cántaro a la fuente sin cesar pero sin poder mojar.

El resquemor empezó a cundir cuando Simón (que llevaba la 2 de Faco porque el muy colgado se olvidó la 10 en su casa) quiso salir del campo de entrada por no haber alongado. Papo fue su reemplazo a los 8 minutos y cumplió satisfactoriamente. Pero el pescado seguía sin venderse. Sobre el final del primer tiempo, Marce y Richard se dividen un lateral, y Marce la tira peligrosamente bien pateada. Quien marcaba a Luciano en el área ganó la pulseada al no dejarlo cabecear, pero rozó la caprichosa, desviándola y guiándola divinamente hacia el fondo de la red. Primer gol budense, un poco más de aguante, y al descanso.

Simón, después de 12 minutos de hacer la posición de loto completo y alongar lo suficiente, volvió al campo. A los 40 segundos de pitado el comienzo, un contraataque nuestro es aprovechado por el gran Gusa, quien deja picar el balón, gana la espalda de la defensa y ejecuta. La mala suerte quiso que no entrara, pero, como un Scania manejado por un camionero zarpado en anfetas que se dirige hacia retiro locamente por la autopista Buenos Aires-La Plata, como una locomotora con un mono de chofer, con el ímpetu que sólo el puede ponerle, al lado apareció Simón. Dado que la delicadeza no es bien vista en este tipo de casos, ni en este tipo de jugadores, Simón no la empujó hacia adentró; se la llevó puesta, con arco, arquero, red, y licitación encima. Tembló la tierra por un instante, y todos a festejar el 2 a 0. A este cronista se le piantó un lagrimón al ver como se honraba su camiseta con tanta belleza rústica, comparable sólo con un rollo de papel de lija en el baño.

En eso, el destino pegó un vuelco. Simón salió a elongar nuevamente, reemplazado otra vez por Papo. Lucho le pegó un pelotazo en las bolas a Leandro, que alguien encontró luego y guardó de recuerdo, puesto que se desprendieron y quedaron en el césped: Lomba tomó su lugar y Beto hizo lo propio al oficiar de 3, mientras Leo iba al vestuario a ponerse las de repuesto que tenía en la mochila.

Aprovechando la situación, Jamaica se dignó a ponerse las pilas y descontó en un descuido defensivo. Un poco de sudor recorrió la espalda de varios en la cancha, hasta que poco tiempo después, un centro de Richard fue rozado de cabeza por Marce y Gusa puso la testa para sobreponernos al 2 a 1, después de cambiar un vale de “doble cabezazo en el área” (más tres tapitas y $2) por un gol. Unos dos minutos pasaron entre la regeneración testicular de Leandro y los dos goles, puesto que al volver ya íbamos igual que antes de irse, con dos goles arriba, pero ahora 3 a 1.

A los 15, un nuevo descuido de la defensa con rastas convierte un pelotazo de contra en una chance peligrosa. Gusa gana nuevamente la espalda de los marcadores de punta y elude al arquero, pero queda en la incómoda posición de estar en el ángulo de la cancha, casi para patear un corner. Quien nos deleitó con el olímpico una vez, logró hacerlo de nuevo: un globo impecable, con la comba perfecta, se metió delicadamente en el arco, decretando el 4 a 2. Gusa salió a gritarlo incluso antes de que entrara, y no se olvidó del tramite de sacarse la remera al festejar, acción de la cual el juez tomó nota y le impuso la tarjeta azul. Buda volvió a temer porque tenía la ventaja pero un jugador menos, que terminaron siendo dos cuando Marce decidió salir por Faco, por razones que sólo el y su peinado raro entiendan.

El encuentro, que había comenzado sin la aprobación de la comisión de Fair Play de la FIFA, derivó llanamente en una masacre a machetazos, con todos y cada uno de nuestros jugadores queriéndose llevar una extremidad de recuerdo. Más cuando lograron arrinconarnos en nuestra área y tuvimos que sufrir cuando fue a cabecear hasta el tecladista de Eh, Guacho!, que en ese partido hacía de arquero de Jamaica. Finalmente, gracias a un pelotazo de Maxi, la pelota salió de nuestro campo, y la presión de Faco, acompañado por Leo, casi logra un 5 a 2 que nunca fue ni debió ser. Porque cantaron las cuarenta, los cuarenta minutos del encuentro. Hijos de Buda 4, Jamaica 2. Hijos de Buda en carrera para el repechaje, Jamaica foira. Delirium tremens generalizado, seguido por el clásico cántico que alude a nuestras zonas pudendas.

Iluminados, seguimos en camino. Nuestro próximo rival será El Canario. No sabemos si seguiremos bajo el árbol de Bodi el tiempo suficiente como para ascender. Pero, con performances como esta, Buda, sentado en flor de loto, sonríe. Porque así es cómo le gusta el fobal al gordito pelado y simpaticón.

Faco (2), aguatero, cronista bajo amenaza y prestador de camisetas

domingo, septiembre 03, 2006

La Odisea (casi) imposible de Buda contra Defensores

Once de la mañana del domingo 3 de septiembre de 2006, Puerto Madero. Bajo el sol que no salvaba del fresco, la gente normal fisuraba, dormía, o seguía con su normal jornada de trabajo, pero unos trasnochados esperaban. Paz, González, Llorente, Barabás y Lombardo miraban desesperanzados como los Defensores del Chirifló, con siete miembros, aguardaban a que se agotara el tiempo para ganar por abandono del equipo contrario. Sobre el césped, nunca tan duro, de la cancha 3, el humor del árbitro permitía la espera, mientras que Simón se recuperaba de su nariz, Beto desaparecía de este plano de existencia, Marce estudiaba y Papo y Richard cogían entre ellos.
A las 11.30, cuando todo parecía perdido 2 a 0 con goles adjudicados al capitán, como marca el reglamento, un tipo bajó del 130 y comenzó a trotar por Macacha Güemes hacia el predio Amadeo Jaqces. El tren lo había abandonado en el peor momento, y parecía que sus fuerzas pronto iban a hacer lo propio. Pero, al llegar a los portones, se escuchó el grito providencial: “¡SOMOS SEIS, HAY EQUIPO!”. Hijos de Buda, en desventaja, se aprontaba nuevamente a jugarle el fútbol a la adversidad, 6 contra 7.
El árbitro, a quien llamaremos José_buenaonda, pitó, y arrancó el encuentro. Los budenses se plantearon con Lucho y Maxi abajo, Lomba al medio, Faco al pedo arriba y Leo corriendo toda la cancha como siempre. Ellos defendían con duatro y avanzaban con dos, por lo cual no era difícil contenerlos, pero a ambos equipos les costaba generar juego en el centro. Maxi ponía su mítico huevo, Leo hacía lo que podía para dar bien los pases y Faco se esforzaba en no dar vergüenza. Defensores del Chirifló, en honor a su nombre, se limitaba a defender. Intrascendentemente transcurrió el primer tiempo. Hasta que otra llegada providencial de un Buda fisura inclinó la cancha: sobre la línea de cal, a los 18 minutos del primer tiempo, el único verdadero delantero y poseedor de la 87, Agustín “Gusa” Lambiase, pedía y obtenía el ingreso al campo de juego. Dos minutos más de juego, y derecho a las canillas.
Sabíamos que Defensores del Chirifló no era Brasil del ’70, así que la charla técnica consistió en reorganizar el equipo para mantener a Maxi y Lucho en defensa fija, Leo de 5 con proyección, Lomba de mediocampista lateral por ambas puntas, Gusa de delantero y Faco de lastimoso, don el fin de quebrar su 4-2 inflexible. Al grito de “¡Vamos, que se puede ganar!”, los Hijos de Buda reingresaron al campo de juego.
Con Gusa, la situación fue otra. Nuestra defensa, que pasaba de ser dos a cuatro personas dependiendo de los aportes de Leo y Lomba, pero todos salieron con el machete entre los dientes a matar o matar, sin dejarlos patear. Luego de la recuperación, el lema “Garra, corazón y pases largos” se hacía dogma: Gusa y Faco se cansaron de ir a correrla, con buenas intenciones y buen toque, pero no el suficiente para abrirles el arco. La presión constante de los delanteros logra un lateral cercano al área, que procede a ejecutar lomba. Gusa se eleva desde el punto del penal, contacta con el parietal izquierdo, infla la red, y Buda entero enloquece. Merecidísimo uno a cero y a seguir peleándola con la docena de huevos.
Los defe salieron a pelearla con sus líneas de 2-4 o 4-2, pero la saña sanguinaria de Maxi, el huevo de Leo, la presión de Lomba y la pared humana que es Lucho hacían inútiles todos sus intentos. Fede respondió correctamente en las pocas ocasiones que le venían tocando. Leo, Maxi o Lomba se relevaban para subir y armar el juego, mientras Faco y Gusa hacían un buen trabajo para llevarse la marca. En una recuperación, FEDE reviente hacia arriba, Faco se apronta para pararla o perderla sobre el borde derecho, hasta que escucha un grito de “¡DEJALA!” del señor Gonzáles. Como Enrique contra Inglaterra en el ’86, Faco la deja, Maxi permite un pique, y revienta un pelotazo que dejó chiquito a Cárdenas y a Maxi Rodríguez. Derecho, sin efectos, la pelota iba a manos del arquero, pero un descuido de la defensa y una avivada de Gusa conjugaron que el balón pique frente al golero y le pase por arriba; el delantero sólo tuvo que empujarla. 2 a 0 para Buda en un partido rengo: total euforia de los naranjas. Pocos goles se gritaron tanto. La pila humana que se generó conmovió hasta a los espectadores que nada tenían que ver con nadie.
Pero nada en la vida es gratis, ni las alegrías duran por siempre. Defensores de Chirifló, viéndose lejos de los penales, y virtualmente fuera del torneo, se enchufó. Salieron los 4 arriba a descontar con todo. Titánica tarea de Lucho, Maxi y Leo, que parecían no querer irse del campo sin una extremidad del rival. Hasta Faco y Gusa aportaban en la defensa. La desgracia quiso que un Defe apilará a los 3 mariscales del área en un rincón, dejando a otros dos jugadores solos frente a Barabás, que nada pudo hacer, y el partido se niveló 2 a 1. Buda tuvo la suerte de no perder la calma, reorganizó la defensa y siguió buscando el ataque, pero los Defensores se embalaron y llegaban por todo lo que no llegaron antes. Entre corners, tiros libres y laterales, nos tuvieron los últimos cinco minutos cortando clavos permanentemente.
Aquí, la figura de Barabás se hizo gigante, al sacar un balón del ángulo y descolgar unos tres centros peligrosísimos. Salvó la integridad budense y los ciertamente riesgosos penales. Después de cinco minutos de parir rinocerontes, Jose_buenaonda volvió a pitar y decretó el fin del encuentro. Hijos de Buda 2, Defensores del Chirifló 1. El primero continua el repechaje, el segundo se vuelve a casa.
Sobre el césped rasposo, bajo el sol que vence al frío del pecho de los que no llevan al fútbol en el alma, un solo cántico hizo su reaparición:

AUNQUE GANES O PIERDAS,
NO ME IMPORTA UNA MIERDA.
YO SOY HIJO DE BUDA,
Y LA TENGO PELUDA
Y LA TENGO PELUDAAAAAAA.

Elongación, descanso, incidente, y a seguir con la caprichosa hasta el domingo que viene, donde esperemos ser 9 al menos. La magia, el budismo, el azar, hicieron que la Odisea imposible fuera pasada por arriba. Gracias.

Nota: Gusa afirma que en el primer gol, el lateral fue ejecutado desde la izquierda y él lo cabeceó con el parietal derecho, pero él estaba fisura, todos sabemos que es homosesual, y el que escribe la crónica acá soy yo, así que confórmense con este comentario.

Análisis de los jugadores, uno por uno:

Fede: Respondió bien durante la mayor parte del partido y no fue, en forma alguna, responsable del gol contrario. Salió abajo mucho mejor de lo que venía haciéndolo. Y salvo el partido en los últimos minutos. Hay espacio para mejorar, pero por hoy no hay quejas: 8,5.

Luciano: Impecable, la columna y pilar de la defensa, cumplió como siempre. Saca todo lo que le pasa cerca, con un rusticismo que no podemos dejar de amar. El jugador más constante del equipo, su defensa no tiene parangón: 8.

Maxi: Si buscan huevos, saben a donde acudir. La pierna, el balón, y si son los dos juntos mejor. Muy buena defensa y recuperación, lastimando en los momentos justos, y muy buen aporte al ataque. El gol te hace ídolo. No hay nada más que decir: 9, porque no pongo dieces.

Lomba: Corrió, defendiendo y atacando por las dos bandas. Sigue siendo un pajero, pero cómo corrió en este partido =P. El centro a Gusa fue fundamental, justísimo, y aunque a veces estabas medio perdido, jugaste muy bien. Te quiero. 8.

Leo: Otro que tiene un gallinero en casa para poner huevo por 20. Recuperó bien, marco precisó, despejó siempre. Por como se armo el partido no aportó demasiado al ataque, y muchos laterales se le fueron por el viento, pero si hablo mal del capitán no juego nunca más. Igual la recuperación y el pase al ataque estuvo con buena intención, así que va bien: 7.

Gusa: Fundamental, no lo hubiéramos podido ganar sin él. Bueno, cualquiera que faltara nos hacía perder el partido, pero su aporte al juego fue gigante, en especial por el gol. Como delantero puro y otro de los jugadores más constantes del equipo, presionó y se llevó a la marca, aunque a veces no pudo conectar con Faco. Golazo el primero y aporte al segundo. Me pongo de pie, pero descuenta puntos el haber llegado a la mitad del partido: 8.

Faco: Fundamental, porque si no éramos 6 a las 11.30, quedábamos afuera. Hizo lo que pudo en el primer tiempo, y apoyó bastante en el segundo, bajando a defender y marcando, cuando ya los defensores no podían más. Puso todo el huevo que pudo. Necesita más conexión con Gusa y Lomba y un mejor estado físico, pero en general hizo un buen partido llenando el 6to jugador y trayendo el agua. A considerar para futuros faltazos: 7, por bueno.

Eso es todo.

Faco (2), Aguatero, cronista, jugador lastimoso.

PD: Sí, ya sé que esta es la única crónica del año, que estuve paja y todo, pero recién ahora tuve tiempo y este fue un partido muy épico como para no narrarlo. Chupenlá, aprendan a escribir ustedes si son tan pijas.